Causa

Las causas de los vómitos agudos en los perros pueden ser numerosas.

Es posible que el perro haya ingerido comida inadecuada o no apta para el consumo en el que las bacterias, a través de toxinas, pueden alterar el funcionamiento del tracto digestivo.

A menudo, los vómitos están también acompañados de diarrea.

Los virus infecciosos pueden provocar también brotes agudos.

Otras causas de los vómitos y/o la diarrea son los parásitos intestinales, una reacción a los medicamentos o una intoxicación.

Los cuerpos extraños que irritan o se atascan en el estómago o el intestino por lo general solo producen vómitos, aunque también pueden provocar diarrea.

Los vómitos y la diarrea pueden ser síntomas asimismo de alergia alimentaria o de enfermedad en otros sistemas orgánicos como el hígado, los riñones, el páncreas o la corteza suprarrenal.

Síntomas

Los síntomas de la gastroenteritis aguda suelen consistir en vómitos y/o diarrea, a menudo de carácter violento, lo que deriva en deficiencias de líquido (deshidratación) y una alteración del equilibrio iónico, que pueden llevar rápidamente al perro a una situación crítica.

Riesgo de deshidratación y pérdida de electrolitos

Con los vómitos y las diarreas profusas, el organismo pierde líquido y electrolitos, es decir, las sales del organismo. Por eso resulta esencial que el perro ingiera una cantidad suficiente de líquido con una aportación adicional de electrolitos (sales).

Si el animal no retiene el líquido y, además, sufre importantes pérdidas por causa de los vómitos y/o la diarrea, puede acabar deshidratado, lo que en ocasiones puede llevarlo a un estado crítico y hacer peligrar su vida. Las razas de pequeño tamaño, las crías y los animales de mayor edad suelen estar más expuestos a la deshidratación.

Para ayudar a que tu perro no se deshidrate, puedes hacer soluciones rehidratantes caseras o comprarlas en una clínica u hospital veterinario.

¿Qué puedes hacer por tu cuenta?

En los casos leves de vómitos agudos y/o diarrea pueden tomarse unas sencillas medidas en el propio hogar. No obstante, siempre se recomienda contactar con el veterinario en caso de que el animal esté tomando  alguna medicación que pueda ser  sospechosa de ser la causa del cuadro clínico o si su mascota no sigue una correcta  pauta de vacunaciones.

Lo más importante es dejar reposar el estómago y los intestinos de la ingestión de comida. Mientras siga vomitando no se debe ofrecer ningún alimento sólido al perro, aunque sí se le puede ofrecer agua. Los perros pequeños y las crías son más sensibles a la privación alimentaria, por lo que debe abstenerse de someterlos a un ayuno absoluto.

Se recomienda recurrir a alimentos de fácil digestión y bajo índice graso (por ejemplo, arroz y pollo hervido). El veterinario suele disponer de alimentos dietéticos ya listos que son idóneos para casos de vómitos y/o diarrea. Obtenga más información sobre consejos dietéticos para perros en caso de vómitos y diarrea.

Una vez que hayan cesado los vómitos se aconseja suministrar al perro estabilizadores intestinales, que suelen contener aglutinantes y "bacterias beneficiosas". Estos compuestos están disponibles sin receta en farmacias y clínicas veterinarias.

¿Cuándo debe visitarse al veterinario?

  • Si el perro pierde una gran cantidad de líquido y/o no come o bebe y presenta un estado general deteriorado.
  • En caso de diarrea o vómitos mezclados con sangre o vómitos con aspecto de "poso de café".
  • Si los vómitos o la diarrea no cesan tras aplicar los consejos dietéticos.
  • Si el perro puede haber ingerido un cuerpo extraño que se haya quedado atascado en el tracto digestivo.
  • Si el perro ha comido algo potencialmente tóxico.
  • Si el perro no puede retener el agua ni las sales de rehidratación oral.
  • Si la temperatura del perro es inferior a 38°C o superior a 39°C en combinación con alguno de los puntos anteriores.

Diagnóstico

El veterinario deber efectuar un minucioso examen clínico, que suele incluir análisis de sangre con el fin de comprobar el grado de deshidratación y la reacción del cuerpo ante el desequilibrio de electrolitos. En ocasiones, el veterinario lo complementa con una radiografía o una ecografía , así  como un análisis de heces, para poder diagnosticar la causa de los síntomas del animal.

Tratamiento en el veterinario

El tratamiento se basa en el diagnóstico obtenido a través del examen físico y las pruebas complementarias, y dependerá del estado general de salud del animal.

Normalmente, a los perros con una sintomatología leve se les puede inyectar líquido vía subcutánea de forma extrahospitalaria, mientras que los medianamente afectados o deshidratados son, por lo general, ingresados para un tratamiento de fluidos en forma de soluciones salinas y nutricionales vía intravenosa.

Por lo general no se recetan antibióticos, únicamente si se manifiestan indicios de infección generalizada, un evidente deterioro del estado general, o bien diarrea o vómitos con abundante presencia de sangre.

Cuidados posteriores

El veterinario facilitará consejos dietéticos específicos para el perro al darle el alta. Se trata de un proceso normalmente lento y progresivo desde el pienso dietético a la alimentación ordinaria cuyo fin es evitar las recaídas.

Debe evitarse el ejercicio intenso hasta una completa recuperación.

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