Los Áscaris, Tricurideos y Ancylostomas, que pertenecen al grupo de los nematodos (gusanos redondos), son ejemplos de parásitos intestinales. Además, a veces se presentan infecciones de cestodos (gusanos planos o tenias) y por parásitos unicelulares (Giardias, Coccidios).

En el grupo de cestodos se incluyen, entre otros, la tenia del zorro (Echinococcus multilocularis), la tenia del perro (Echinococcus granulosus o tenia del quiste hidatídico) y el Dipylidium caninum.

Nematodos

Las lombrices intestinales (Toxocara canis, Toxocara cati, Toxascaris leonina), son habituales sobre todo en perros jóvenes. Los perros infectados con estos parásitos pueden sufrir vómitos, diarrea y/o pérdida de peso. Los cachorros pueden adquirirlo a través de una hembra infectada, ya sea en el útero o después del nacimiento a través de la leche materna. Muchos perros se contagian mediante las heces de otros ejemplares o de presas también infectadas.

Las lombrices intestinales miden 10 cm aproximadamente y en ocasiones pueden distinguirse cuando vomita el perro.

El Ancylostoma caninum se presenta principalmente en ejemplares de perreras o de caza aunque no es muy habitual. La lombriz es pequeña, mide apenas 0,5-2 mm de largo. A pesar de su pequeño tamaño, puede succionar grandes cantidades de sangre y causar anemia, especialmente en los cachorros. La infección se produce a través de larvas de ambientes contaminados, pero también puede transmitirse a través de la leche materna.

Trichuris vulpis succiona sangre de la mucosa intestinal y puede provocar diarrea hemorrágica, adelgazamiento y dolor abdominal.

Cestodos

La infección por cestodos es relativamente común, aunque muchas veces el animal infectado no manifiesta síntomas.

En los perros se presentan varias especies de cestodos. Estos pueden parecerse a pequeños granos de arroz y se muestran en solitario o formando una cadena, pudiendo encontrarlos en las heces. No se transmiten de perro a perro, sino a través de hospedadores intermediarios, tales como presas, pulgas, pescado crudo o despojos de carnicería. El más común es el Dipylidium caninum.

Los diferentes cestodos tienen diferentes hospedadores intermediarios. El perro come el hospedador intermediario y después desarrolla la lombriz definitiva.

Existen varios tipos de tenias que pueden infectar a los perros: las más comunes son el Echinococcus multilocularis y el Echinococcus granulosus.

Generalmente Echinococcus multilocularis no produce síntomas en el perro. El animal se contagia cuando come pequeños roedores infectados. Los huevos, que son pequeños y se propagan fácilmente con el viento, pueden hallarse en bayas, setas, verduras o en el pelaje del perro. Esta lombriz puede provocar enfermedades graves en los seres humanos.

La tenia del perro (Echinococcus granulosus) vive en el intestino del animal y sus huevos pueden infectar al ser humano y provocarle hidatidosis, que puede ser grave. La lombriz no suele causar síntomas en el perro infectado y se transmite al perro a través de animales infectados, como son las vísceras crudas.

Las giardias y los coccidios

Las giardias y los coccidios son pequeños parásitos que infectan la mucosa intestinal del perro. Estos parásitos son relativamente comunes y pueden producir diarrea en perros de corta edad. La giardia es muy contagiosa y difícil de expulsar del entorno, exigiendo un minucioso saneamiento. Por el contrario, los coccidios son relativamente fáciles de sanear.

Síntomas

Los perros pueden estar infectados con lombrices sin necesidad de mostrar síntomas. La mayoría de las lombrices raras veces se distinguen en los excrementos y sus huevos no se aprecian a simple vista. Entre los síntomas de los parásitos intestinales se cuentan vómitos, diarrea, dolor abdominal, pelaje seco e inerte, tos, adelgazamiento o malestar general.

Diagnóstico

El diagnóstico se lleva a cabo mediante un análisis de heces. Los excrementos se recogen en tres ocasiones y se envían al laboratorio para su examen.

Tratamiento

La desparasitación se lleva a cabo tras recibir un resultado del análisis de heces que permita aplicar al perro un tratamiento específico contra el parásito en cuestión. Existen medicamentos antiparasitarios en forma de inyectables, pastillas, jarabe, pasta oral o pipetas spot on.

El medicamento antiparasitario se elige en función del tipo de parásito que tiene el perro.

Los cachorros deben someterse a una desparasitación frecuente. Las crías se desparasitan reiteradas veces en sus primeros meses de vida para evitar que se vuelvan a infectar de lombrices intestinales. La primera desparasitación ha de realizarse con 3 semanas de edad, dependiendo del tratamiento escogido, se repetirá la desparasitación con un intervalo de tiempo diferente.

En perros adultos, la desparasitación frente a parásitos intestinales debe adaptarse a las circunstancias de la vida del animal en cuestión, aunque en líneas generales se recomienda desparasitar cada tres meses frente a los nematodos y cada cuarenta y cinco días frente a los cestodos.

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