¿Se sabe cómo funciona la memoria de los perros?
El perro tiene unos mecanismos de memoria diferentes a los humanos. Por un lado, tienen una memoria a corto plazo que dura apenas unos segundos, por lo que olvidará qué comió ayer o que ha sido él quien ha mordido la pata de la silla hace unas horas. Por otro lado, su memoria a largo plazo es de tipo asociativo, lo cual se entenderá mejor con algunos ejemplos:
- Si a la orden de ‘sit’ me siento, me van a dar un premio
- Ir al veterinario es el sitio donde me pinchan o y me tocan el abdomen cuando me duele, así que no quiero volver
- Ese perro del barrio con el que suelo coincidir siempre intenta morderme, estaré atento y como se acerque le ladro
- Un hombre me maltrataba, así que debo evitar a todos los hombres porque pueden hacerme daño
Como vemos en los ejemplos, son asociaciones sencillas y directas.
Los últimos estudios certifican que podrían tener también cierta memoria episódica, mucho más compleja, por lo que podrían aprender acciones básicas mediante la observación y reproducirlas a corto o medio plazo.
¿Cuánto son capaces de recordar?
Para cosas de poca relevancia del día a día hablamos de una cuestión de segundos o minutos, pero son muy hábiles realizando asociaciones (como los ejemplos anteriores) y, sobre todo en estímulos muy negativos, es factible que lo recuerden el resto de su vida.
Por ejemplo, ¿recuerdan que han hecho algo mal o si se han dejado la pelota por el camino?
Es el tipo de recuerdos que no durarán más de unos minutos. Muchos lectores pensarán que "cuando llego a casa y ha hecho algo mal, lo sabe". La realidad nos muestra que nuestro perro está haciendo una asociación diferente. Por ejemplo, si tiende a defecarse en casa, asocia que cuando la casa huele a heces, su propietario llega muy enfadado. Por eso adoptan una posición sumisa o se esconden, pero en realidad no conocen el motivo del enfado.
¿Cómo recuerdan a sus dueños y durante cuánto tiempo?
Este hecho es difícil de estudiar, pero continuamente conocemos casos en los que un perro perdido se reencuentra con su propietario y lo reconocen. Por lo tanto, la evidencia nos muestra que son capaces de recordar a su dueño el resto de su vida, sobre todo en casos con un vínculo fuerte y prolongado. El mecanismo sigue siendo la asociación: reconocer un olor, una voz o una cara (probablemente esto mucho menos) y asociarlo a esa persona que tanto estiman.
¿Pueden recordar a una persona o un lugar donde han estado hace años?
Probablemente no. Dependerá de si esa persona o ese lugar le "dejaron huella", para bien o para mal. Las asociaciones negativas de miedo o maltrato tienden a recordarlas por más tiempo, pues es un mecanismo intrínseco de supervivencia.
Sergio Martínez Andreu, veterinario clínico y etólogo de AniCura Constitución Hospital Veterinario.