Síndrome del ojo seco en perros: qué es, síntomas y tratamiento

El ojo seco en el perro es una enfermedad que se caracteriza por una falta de producción de lágrimas o una alteración en la capa lagrimal, afectando normalmente a los dos ojos. Puede aparecer en perros de cualquier raza, tanto en machos como en hembras.

A continuación, te explicamos cuáles son los síntomas, las causas más habituales y los tratamientos que suelen prescribirse para mejorar el problema.

¿Qué es la enfermedad del ojo seco?

El síndrome del ojo seco en el perro es una enfermedad multifactorial que afecta a la superficie ocular y que requiere de un diagnóstico y un tratamiento individualizados, ya que las causas pueden ser muy diversas y el grado de severidad puede ser distinto, lo que puede requerir de estrategias terapéuticas personalizadas para conseguir los mejores resultados.

Pero, además, hay que tener en cuenta que se trata de una patología bastante compleja que necesita de un seguimiento constante. Y es que, en casos graves, pueden aparecer úlceras y opacidades corneales que pueden llegar a ocasionar un importante déficit visual.

Síntomas del ojo seco canino

Algunos de los síntomas más habituales del ojo seco canino son los siguientes:

  • Sequedad ocular.
  • Lagrimeo.
  • Parpadeo frecuente y necesidad de rascarse los ojos.
  • Enrojecimiento de la conjuntiva (ojo rojo).
  • Pérdida de visión.
  • Mayor presencia de secreciones mucosas o mucopurulentas, lo que conocemos como legañas.
  • Molestias, escozor o dificultad para mantener los ojos abiertos.
  • Fotofobia (molestia excesiva o intolerancia anormal por la luz).

Por lo general, estos síntomas se agravan en situaciones que tienen que ver con un aumento de la evaporación (viento, calor, aire acondicionado, etc).

Causas de la enfermedad del ojo seco

Normalmente, el ojo seco en el perro se produce por las siguientes causas:

  • Déficit de lágrima: excesiva evaporación o falta de producción.
  • Blefaritis: inflamación del párpado.
  • Lágrima de mala calidad: alteración o falta de mucina o lípidos, que son los que forman la lágrima.

Además, hay que tener en cuenta que existen determinados factores de riesgo que pueden agravar la enfermedad, como son:

  • Edad avanzada.
  • Enfermedades como diabetes o hipotiroidismo.
  • Alergias
  • Alimentación: carencia de vitaminas.
  • Uso de medicamentos como sulfamidas, colirios (para tratar el glaucoma) o antihistamínicos (para los síntomas de la alergia).
  • Haberse realizado una cirugía ocular.
  • Razas braquicefálicas: aquellas que tienen los ojos muy saltones. En estos casos, para prevenir el ojo seco en nuestro perro, el tratamiento puede ser preventivo para evitar que lo desarrolle.
  • Tratamientos con radioterapia o quimioterapia.
  • Factores ambientales: calefacción, aire acondicionado, ambientes secos o muy contaminados.
  • Enfermedades autoinmunes.

Tratamiento del ojo seco en perros

El tratamiento para el ojo seco en perro puede variar en función de cuál sea la causa y de las propias características del animal. Además de las pomadas lubricantes y las lágrimas artificiales (especialmente de ácido hialurónico y sin conservantes), hay tratamientos que son muy efectivos para aliviar los síntomas de esta patología.

  • Higiene palpebral: para el ojo seco en perros, el tratamiento más habitual consiste en aplicar calor sobre los párpados, realizar un suave masaje y limpiarlos con toallitas, un gel específico o agua con jabón. De esta forma, eliminamos el exceso de secreciones y evitamos la proliferación de bacterias que puedan agravar el problema.
  • Medidas ambientales: evitar el aire acondicionado, la calefacción, los ventiladores y los ambientes polvorientos o demasiado contaminados. Además, es recomendable usar humidificadores.
  • Tratamientos específicos con células madre.
  • Mantener los ojos hidratados usando lágrimas artificiales.
  • Cirugías como el injerto de mucosa bucal o la transposición del conducto de Stenon.
  • Proteger los ojos con gafas.
  • Darle al animal antibióticos orales o tópicos, o antiinflamaorios, siempre recetados por el veterinario.
  • Suministrarle suplementos de ácidos grasos, sobre todo omega 3 en altas dosis, para mejorar la calidad de la lágrima.

Si sospechas que tu perro puede tener ojo seco, lo más recomendable es acudir cuanto antes al veterinario para que confirme el diagnóstico y te indique cuál es el tratamiento más adecuado.

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