Las 5 claves del idioma de los perros

El aprendizaje de los cuidadores es fundamental para poder entender a sus mascotas y así mantener un hábito comunicacional que pueda ir evolucionando positivamente a lo largo del tiempo. La diferencia de tamaño, la forma de las orejas o la ausencia de rabo son algunos ejemplos de diferencias morfológicas relevantes a la hora de comunicar en los perros.

La mayoría de los cuidadores de mascotas alguna vez han tratado de entender y traducir las expresiones y señales que hace su perro, con el fin de entender con exactitud lo que nuestro perro está queriendo decir en momentos concretos analizando su lenguaje corporal. Los canes se comunican debido a ciertos estímulos, es decir, sus expresiones y forma de expresarse dependen en cierto modo del entorno.

¿Cómo suelen comunicarse los canes con las personas?

En la comunicación habitual con los perros hay algunos mensajes que cualquier persona ha tenido que aprender a interpretar sin dificultad. Nos referimos a situaciones como la insistencia en la demanda de atención, pedir comida, la sumisión que muestran cuando hacen algo que no deben o darnos cuenta cuando algo le da miedo. Sin embargo, hay otro tipo de señales conocidas que no sabremos interpretar sin la formación necesaria, pues se trata de un lenguaje específico para la especie canina.

Como animales de la misma especie, los canes utilizan sistemas de comunicación similares. Sin embargo, la variedad de razas y morfologías tan dispares también conlleva diferencias a la hora de comunicarse. La diferencia de tamaño, la forma de las orejas o la ausencia de rabo son ejemplos de diferencias morfológicas relevantes a la hora de comunicar. Además, hay razas que interaccionan más, otras que se muestran más independientes o más insistentes.

¿Cómo habla un perro?

Para mantener una buena relación con nuestros amigos los perros, debemos conocer cuáles son sus sentimientos mediante la interpretación de sus señales. En AniCura te descubrimos algunas claves para traducir y conocer el significado de la comunicación corporal de los perros:

  • Necesidad de interacción y caricias: es importante saber cuándo el perro las pide y cuándo las tolera. Cuando viene a buscarte y te expone el lomo o la ingle mientras mueve el rabo podemos ver que la situación le agrada y busca la caricia. Pero a veces vamos nosotros a acariciar a nuestro perro cuando está descansando o haciendo otra actividad, y no nos damos cuenta si en ese momento no le agradan las caricias, pero, aun así, las tolera. Debemos interpretar el movimiento de la cola, la posición de las orejas, si se lame el hocico, si al poco rato se levanta y se marcha o si simplemente no reacciona y muestra cierta indiferencia.
  • Miedo: el miedo defensivo se identifica porque se agachan, ponen la cola entre las patas, orejas hacia atrás, lamido del hocico y en ocasiones se ponen boca arriba en señal de sumisión. Se trata de un comportamiento que busca apaciguar al sujeto que les amenaza.
  • Hambre: recurren a la demanda de atención hacia su cuidador mediante el ladrido, el lloro, rascarle con la pata o apoyar la cabeza en su regazo son algunas formas comunes de reclamar atención. Se trata de una conducta que se refuerza a sí misma (el perro pide atención y recibe comida) por lo que se debe tener cuidado o acabará constantemente pidiendo comida. Es preferible hacer un reparto de la ración diaria y no esperar a que el animal nos lo pida.
  • Enfado o defensa: el miedo agresivo consiste en ladrar e intentar morder al sujeto que les amenaza, aunque su objetivo es que se marche. Se trata de una conducta que en ocasiones muestran cuando la opción de huir no es factible. No obstante, la conducta será totalmente diferente dependiendo del perro. Los habrá que se inhiban y se hagan pequeñitos mientras otros pueden mostrar agresividad.
  • Estrés: aunque generalmente asociamos los ladridos con alegría o demanda de atención, no siempre es así. El ladrido es una forma de comunicación básica para los perros y diferenciamos algunos tipos para distintos estados de ánimo, como la agresividad o el miedo. Deberemos identificarlos según el contexto en el que se encuentre el can en ese momento.

Para estimular la comunicación entre el perro y su cuidador, la clave es tener un vínculo fuerte, una buena relación con nuestro perro, pues generará más interacciones y por consecuencia más comunicación entre ambos. Asimismo, es fundamental que los cuidadores aprendan a entenderlos para así conseguir mantener un hábito comunicacional y que este pueda ir evolucionando positivamente a lo largo del tiempo. Si nuestro can intenta comunicarse con nosotros, nos envía señales, y no recibe la respuesta esperada, es posible que con el tiempo deje de hacerlo.

Sergio Martínez, etólogo veterinario de AniCura Constitución Hospital Veterinario

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