El garrotillo, también conocido como traqueobronquitis o tos de las perreras, es una enfermedad vírica o bacteriana cuyo principal síntoma es la tos seca y muy continuada. El garrotillo en los perros se propaga con facilidad y rapidez, de ahí que se conozca como la tos de las perreras y es lo que, traducido a una enfermedad humana, sería el resfriado.
Es una enfermedad leve, que con tratamiento puede curarse y no deben producirse complicaciones, pero si no se trata puede conllevar consecuencias más graves e incluso letales para nuestro peludo.
Síntomas de garrotillo en perros
Cuando el animal presenta una tos seca, intensa y áspera, nos encontramos frente a los primeros síntomas del garrotillo en perros, sin embargo, esto puede derivar en arcadas y vómitos por la intensidad de la tos. Otros síntomas que se pueden apreciar son la afonía y secreciones nasales.
Por normal general el perro no se ve fácilmente afectado. Debe tener un comportamiento normal, con apetito y actitudes propias del animal. Sin embargo, si la infección no es debidamente tratada con un profesional, esta puede agravarse afectando a la salud del animal.
¿Cómo curar el garrotillo en perros?
Cuando tenemos sospechas de que nuestra mascota puede tener el garrotillo, lo más recomendable es llevarlo al veterinario y que este lo examine y diagnostique qué solución es la más óptima para el perro.
Al ser una enfermedad sintomática, es fácilmente diagnosticable y lo más usual es utilizar jarabes para la tos y antibióticos como tratamiento contra el garrotillo si nuestro perro no presenta síntomas más allá de los habituales.
Una de las cosas que se recomienda es aislar a nuestro perro de otros, pues, como hemos mencionado anteriormente, al tener contacto directo pueden infectarse también de la enfermedad, puesto que es muy virulenta y se propaga con facilidad.
Esta enfermedad, una vez iniciado el tratamiento correspondiente, se remite en aproximadamente siete días.
¿Puede convertirse el garrotillo en una enfermedad más grave?
Como hemos citado al inicio de este blog, el garrotillo puede derivar a una enfermedad más grave como una bronquitis o una neumonía.
En el primer caso, si vemos que la tos de nuestro perro persiste más de dos meses, es que puede haberse producido una inflamación de los bronquios y, por lo tanto, desencadenar otros síntomas como exceso de mucosidad, pus en los bronquios o por el agrandamiento de los alvéolos pulmonares (enfisema). Todos estos síntomas serán diagnosticados por el veterinario y requerirán de una medicación específica.
Si el garrotillo deriva en una neumonía, en este caso los síntomas son fiebre, respiración alterada, apatía, falta de apetito, mucosidad, entre otros. La tos se vuelve más húmeda con posible líquido en los pulmones. Esto supone un tratamiento urgente por parte de un profesional.
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