Los perros que desarrollan demodicosis muestran un sistema inmune deteriorado debido a una degradación de los glóbulos blancos. Su sistema inmunológico es incapaz de eliminar los ácaros, haciendo que estos se propaguen y causen síntomas cutáneos.
La enfermedad es más frecuente en determinadas razas, como el Staffordshire bull terrier, el American Staffordshire terrier, el bull terrier y el pinscher miniatura entre otras muchas razas.
En la actualidad, se están realizando estudios para investigar la forma en que se transmite esta enfermedad en las razas más afectadas.
Distintos tipos de demodicosis
Demodicosis localizada
Esta modalidad es la más leve. El perro desarrolla de 1 a 5 calvas en el pelaje que suelen restablecerse de forma espontánea y no producen molestias.
Demodicosis juvenil generalizada
Esta modalidad afecta a cachorros y perros jóvenes de menos de 18 meses y normalmente requiere un tratamiento prolongado. Produce más de cinco calvas o amplias zonas del cuerpo afectadas.
El veterinario puede también descubrir Demodex en puntos de la piel aparentemente sanos.
Los perros con demodicosis en las patas se incluyen siempre en esta categoría (pododemodicosis).
Demodicosis adulta
Una variante que afecta a ejemplares de mayor edad.
El perro presenta aquí un sistema inmune deteriorado, a menudo con otra enfermedad grave de fondo, o bien se encuentra sometido a un tratamiento a base de fármacos inmunosupresores. De ser así, los ácaros Demodex pueden ejercer de indicador de otro proceso.
Síntomas
Los ácaros Demodex viven en la parte inferior de los folículos pilosos, causando una inflamación que provoca la caída del pelo, lo que hace que las calvas en el pelaje constituyan el síntoma más común.
En la demodicosis generalizada, el clareado afecta a zonas más amplias del pelaje del animal. La piel puede mostrar pequeñas infecciones y enrojecimientos con un aspecto de "granos" diminutos (foliculitis) o infecciones mas severas y extensas creando cuadros de forunculosis.
Diagnóstico
Los ácaros Demodex no son apreciables a simple vista, de modo que, para detectarlos, el veterinario tiene que tomar raspados profundos de la piel y observar las muestras en el microscopio. En algunos casos los ácaros son difíciles de detectar y hay que recurrir a realizar biopsias (muestras de tejido) para poder detectar los ácaros por ejemplo, en la demodicosis de las patas.
Tratamiento
Existen varios tipos de tratamiento: productos tópicos y medicamentos por vía oral. Este tratamiento se combina con un champú bactericida de uso externo que previene las infecciones secundarias de los folículos y acelera la cicatrización de la piel. En algunos casos, la piel está tan infectada que debe tratarse al perro con antibióticos.
El veterinario efectuará un seguimiento de la respuesta del animal al tratamiento tomando varias muestras mediante raspado, generalmente una vez al mes. Se considerará que el perro ha sanado al obtener, como mínimo, dos resultados negativos en los análisis mensuales.
Aunque el tratamiento habitualmente se extiende solo varios meses, el animal precisa en ocasiones de una terapia de por vida para mantener la enfermedad bajo control.
A tener en cuenta
Si el perro ha padecido demodicosis conviene informar de ello al veterinario, puesto que, por ejemplo, un tratamiento con cortisona podría provocar su recaída.
Los ejemplares con demodicosis juvenil generalizada no deben emplearse para la cría.