Es importante diferenciar la oftalmitis (infección) de la conjuntivitis (inflamación). La conjuntivitis se caracteriza por uno o varios de los síntomas siguientes: enrojecimiento, hinchazón, calentamiento y dolor. La oftalmitis suele ir acompañada de conjuntivitis. Ambos conceptos suelen confundirse habitualmente.

Los gatos, a diferencia de los perros, suelen contraer infecciones víricas, que también pueden constituir causa primaria de la oftalmitis. Muchos gatos son portadores de herpesvirus, que permanecen latentes en el cuerpo y pueden originar problemas si se activan a causa, por ejemplo, de algún tipo de estrés. Los gatos jóvenes con infecciones originadas por herpes pueden mostrar, entre otros síntomas, ojos llorosos, rinitis y fiebre, mientras que los de mayor edad suelen presentar úlceras dolorosas de diverso grado en la córnea y/o la conjuntiva, es decir, la membrana que rodea el ojo.

Los gatos también pueden contraer infecciones por otras causas subyacentes, por ejemplo, queratoconjuntivitis seca (un deterioro en la calidad de las lágrimas que puede ocasionar sequedad en los ojos), entropión/ectropión (irritación ocular por un deficiente cierre del párpado sobre el ojo) o heridas.

Resulta fundamental hallar el motivo de la infección para evitar tratar innecesariamente los ojos con antibióticos, los cuales únicamente debe emplearse con el fin de atajar las infecciones bacterianas. Dado que estas raras veces son la causa primaria de los síntomas oftalmológicos solo propiciarán una mejora temporal del ojo durante el tratamiento, casi siembre debido al efecto limpiador y lubricante del medicamento.

Las infecciones orgánicas de tipo general también pueden producir síntomas oculares en forma de conjuntivitis.

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