¿Qué pasa cuando un gato rasca?
Es en la quinta semana de vida cuando el gatito empieza a adoptar la conducta de rascar y este comienza a formar parte de su lenguaje, en concreto de la comunicación visual y olfativa. De las glándulas interdigitales deposita la feromona interdigital con la que marca su territorio. Constituye por lo tanto una señal de identificación de mucho valor a nivel olfativo para regular las relaciones sociales felinas.
Además de marcar, con el rascado los gatos mantienen sus uñas en buen estado, parte fundamental tanto para la caza como para trepar, escapar y defenderse. Por otro lado, también les sirva para tonificar los músculos y estirar todo el cuerpo, ayudándoles a mantenerse ágiles y en forma.
Por tanto, las funciones del rascado felino pueden resumirse en:
- Marcaje de territorio.
- Mantenimiento de uñas.
- Tonificación muscular.
¿Dónde colocar el rascador de mi gato?
Los gatos que viven en la naturaleza sitúan sus marcas en las zonas centrales del territorio, por lo que no es buena idea tener el rascador escondido, aislado o en una habitación separada del centro. En estos casos, es probable que sienta la necesidad de marcar en una zona más abierta y central, como puede ser el sofá, un marco de la puerta o un armario.
Por lo general, el rascador debe colocarse en el centro territorial del gato o en la habitación donde más tiempo pasa y cerca de su lugar habitual de descanso, ya que la conducta de rascado generalmente aparece después de despertarse. Hay que permanecer atentos y observar dónde el gato quiere rascar, porque precisamente ahí es donde se recomienda colocar un rascador.
¿Qué rascador para gatos es recomendable?
Ante la gran variedad de rascadores comerciales y la posibilidad de hacerlos de manera artesanal, Rosario Galtier Vallejo, en su artículo para el Grupo de Especialidad de Etología Clínica (GrETCA) de la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (AVEPA), da las siguientes pautas para seleccionar el rascador ideal para nuestro gato:
«Lo importante es conocer las preferencias de nuestros gatos y buscar aquellos rascadores que mejor se adapten a ellas. Sin embargo, pese a las preferencias individuales, existen algunas características generales para tener en cuenta y que nos pueden ayudar a seleccionar un buen rascador».
Entre los factores a tener en cuenta a la hora de elegir un rascador destaca la estabilidad, el material, la orientación y el tamaño:
- Estabilidad: Un rascador firme, que no se mueva y permita al gato rascar con fuerza, de otro modo es incómodo o, incluso, podría asustarse si es muy temeroso.
- Material: Sabemos que las superficies preferidas de los gatos son la cuerda, el cartón, la madera o tejidos como la moqueta. Por lo tanto, podemos ofrecer un rascador con diversos materiales, pero es importante que las fibras estén dispuestas en sentido vertical ya que así facilitará el rascado y resultará más atractivo.
- Orientación: Como en el caso de la disposición de las fibras, la gran mayoría de gatos prefieren los rascadores verticales. Sin embargo, algunos gatos prefieren rascar en superficies horizontales o inclinadas, elige lo que se adapte mejor a los gustos de tu felino.
- Tamaño: A los gatos les gusta dejar marcas en zonas altas, por lo que un rascador de buen tamaño le resultará más atractivo. Una buena medida es que, al menos, la superficie a rascar sea mayor que la longitud de nuestro gato con las patas estiradas. Esto facilita la comodidad para rascar y sobre todo la tonificación muscular al realizar los estiramientos después de los descansos.
¿Cuántos rascadores necesita mi gato?
Esta es otra duda muy habitual entre los cuidadores de felinos ¿comprar uno o más rascadores? Tal y como señala la experta, «podemos tener varios rascadores, cada uno para cubrir una función diferente. Asimismo, podemos elegir un modelo concreto en función del objetivo que queramos cubrir y del espacio que tengamos en nuestra casa. Por ejemplo, las torres con rascador permiten que los gatos duerman en la zona alta y, al despertar, se rasquen en la parte de abajo. Si no tenemos espacio en el salón para colocar una torre para gatos y a nuestro gato le encanta dormir en el sofá, podemos colocar rascadores planos en los laterales del sofá».
Mi gato rasca por todas partes menos en el rascador
En ocasiones el gato no marca en el rascador que le colocamos, o incluso deja de hacerlo en su rascador habitual para extender el rascado por otras zonas de la casa, como los muebles, el sofá, etc. Tenemos que observar la conducta de nuestro gato y ver qué es lo que ha cambiado. En ocasiones, esta conducta nueva indica estrés en el gato, aunque también puede estar generada por problemas en la interacción con otros gatos. Es importante observarlo y detectar si han aumentado las conductas de rascado de superficies e incluso de marcaje con orina.
En cualquier caso, ¡ojo a la persecución cuando rasca en lugares inadecuados! tu gato interpretará que rascar en determinados lugares tiene como consecuencia una mayor atención hacia él, logrando que lo persigas y juegues con él.
¿Qué hacer para evitar que mi gato arañe los muebles?
Lo primero es limpiar la zona, a ser posible con detergentes enzimáticos. Un detergente enzimático es un producto que combina agentes limpiadores con enzimas que contribuyen a eliminar determinados microorganismos. También ten en cuenta que a los gatos no les gusta rascar en papel de aluminio ni en plástico, así que cubrir con ello los sitios que quieras que deje de rascar puede ser buena idea.
En cualquier caso, evita siempre el castigo y facilita la conducta de rascado añadiendo rascadores adecuados, a poder ser, cerca de los lugares donde tiende a rascar. Para favorecer el uso de los rascadores podemos utilizar nébeda (nepeta cataria), el catnip, hierba gatera, la planta de la que se enamoran dos de cada tres gatos cuando perciben su intenso olor mentolado. Otra técnica que ha demostrado efectividad es la de pintar con un rotulador líneas verticales sobre el rascador.
Si después de todos estos consejos y técnicas todavía detectas un comportamiento extraño, es probable que el gato tenga un problema no relacionado con todo lo anterior. Te aconsejamos acudir a un veterinario que examine a tu gato.