Presentar un cachorro a un perro adulto

Tener más de un perro es sinónimo de pasarse horas observándoles mientras hacen perrerías. Correr juntos, dormir juntos, olfatear los mismos lugares y hacer cosas perrunas de las que los humanos no somos partícipes. Sin embargo, puede que al principio sea complicado presentar un cachorro a un perro adulto. No obstante, existen formas de hacer esta transición más llevadera.

Si ya hay otro perro en la familia, debes tener en cuenta cómo reacciona el perro adulto con los cachorros a la hora de presentar a tu nuevo miembro de la familia. Sin embargo, incluso los perros que normalmente adoran a los cachorros podrían necesitar una presentación gradual del nuevo miembro de la familia. A la hora de elegir el nuevo cachorro, ten en cuenta que es mejor que sea compatible en tamaño y carácter con el perro adulto. Un cachorro gran danés puede ser un compañero de juegos bastante peligroso si tienes un chihuahua. Y si tienes huskies que demandan mucha actividad física, un pug puede que no sea la mejor opción.

En cierto modo, es más fácil tener dos perros que solo uno, especialmente si son amigos y compañeros de juegos, pero también es el doble de trabajo, el doble de dinero, más camas para perros, etc. Pregúntate de antemano si estás capacitado para cuidar a dos perros. Si tu perro adulto es muy mayor, también es algo a tener en cuenta: ¿estaría dispuesto a tener un hermano pequeño y ruidoso? Si crees que no, puede que tengas que esperar.

Paseo a distancia

Normalmente, es mejor que la presentación se desarrolle al aire libre para guardar más fácilmente las distancias. Asegúrate de que haya dos personas (una con el cachorro y otra con el perro adulto), muchos premios y que ambos perros estén atados desde el principio.

Comienza desde la distancia, deja que los perros se vean. Si el cachorro quiere saludar al perro adulto y este no se muestra receptivo, presta atención a sus deseos y viceversa: si el cachorro se muestra inseguro, debes optar por una presentación más lenta. Es decir, asegúrate de no avanzar hasta que ambos perros estén cómodos. Puedes usar premios para hacer más lento el proceso. Reparte unos premios en dos lugares diferentes, uno para el cachorro y otro para el perro adulto, desde donde aún tengan contacto visual. Si alguno de los perros muestra una conducta de defensa (rigidez, lamido de hocico, gruñido o chasquidos), puedes saltarte este paso y tranquilizar a tu mascota con elogios.

Tan pronto como ambos perros parezcan cómodos, puedes disminuir poco a poco la distancia hasta que solo estén a unos pocos metros. Comienza por darles los premios directamente a esta distancia en lugar de tirarlos al suelo para evitar provocar un conflicto por la comida.

Recompensa la conducta de calma. Mantente en movimiento: haz que caminen paralelamente, incluso si están en lados diferentes de una carretera. Por lo general, los perros acaban caminando casualmente uno al lado del otro acortando así la distancia hasta encontrarse y olfatear las mismas cosas. A algunos perros este proceso les lleva solo unos minutos, pero otros pueden tardar más tiempo.

Deja que los perros marquen el ritmo para que ambos se sientan cómodos. Idealmente, el primer encuentro debe ser bastante corto, agradable y tranquilo. No obstante, los cachorros son juguetones y podrían querer revolcarse y saltar sobre el perro adulto. Asegúrate de que el perro adulto esté cómodo: si muestra signos de estrés (mira hacia otro lado, se aleja, se relame, se pone rígido), debes alejarlo. Por seguridad, mantén a ambos sujetos con una correa sin tensión para que no sientan ninguna restricción.

Pon límites para una mayor seguridad

Incluso después de dejar que ambos interaccionen (esto puede llevar un tiempo) asegúrate de que el juego es seguro para ambos. Si el cachorro es pequeño y el perro adulto es de una raza más grande, una simple pata juguetona en el cuerpo del cachorro podría causarle lesiones. Además, los cachorros no saben cuándo parar de jugar. Por lo que puedes crear un buen hábito proporcionándoles un descanso después de unos minutos. Además, asegúrate de que sea agradable con premios esparcidos, huesos para masticar o una siesta.

En un espacio cerrado, el perro adulto puede sentir que necesita proteger sus juguetes, su comedero, el sofá, su cama e incluso masticar objetos. Asegúrate de poner una barrera, como una puerta para bebés, cuando alimentes a tus perros y retira los juguetes favoritos del perro adulto. Los cachorros tienen una gran necesidad de masticar, pero al separarlos con una barrera reduces los riesgos. Por favor, evita que se dé una situación en la que el perro adulto tenga que avisar constantemente al cachorro que se detenga a no ser que sea seguro, entonces déjalos comunicarse sin intervenir. Intenta favorecer la comunicación entre los perros.

Si uno de ellos gruñe al otro, tranquiliza a ambos con elogios y aleja al que está gruñendo un rato. Sin embargo, si están discutiendo constantemente, asegúrate de que se mantengan separados por más tiempo. De todos modos, a veces es buena idea que el cachorro experimente el mundo por sí mismo con fines de socialización.

Si trabajas en la presentación y tienes en cuenta a ambos perros, será una alegría tanto para los cuidadores como para ellos, por lo que vale la pena hacer un esfuerzo extra.

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