En ocasiones nuestras mascotas desarrollan enfermedades que aparecen poco a poco y no dan síntomas alarmantes, por lo menos al inicio. Hay muchas acciones cotidianas que, pueden pasar como comportamientos normales, pero pueden cubrir un problema grave. Descubre cuáles son para estar pendiente y consultar con tu veterinario si tienes dudas.
Beber mucha agua
Uno de esos síntomas, que incluso podemos confundir con algo beneficioso, es el beber más y orinar más de lo normal. Muchas veces puede confundirse con un buen funcionamiento del riñón, pero es todo lo contrario.
Muchas patologías provocan que el riñón no concentre adecuadamente la orina y en consecuencia orinan más de lo habitual. Para compensar esta pérdida se ven obligados a beber cantidades mayores de agua, a veces, pueden ser alarmantes.
Hay personas que lo notan por la ansiedad con la que bebe el perro o el gato, otras porque de repente el perro se orina en casa o en sitios donde no deben. En el caso de los gatos es llamativo el poco tiempo que dura la arena limpia.
Si observas este síntoma es indispensable un chequeo veterinario, ya que detrás de él se pueden encontrar:
- Enfermedades endocrinas como la diabetes o el hiperadranocorticismo (síndrome de Cushing). En los gatos es de gran importancia el hipertiroidismo.
- Enfermedades renales
- Infecciones. En hembras sin castrar es muy habitual la infección de útero
- Problemas hepáticos
Lamer las orejas de otros animales
Todos sabemos que a los perros les gusta lamer todo, es una de sus maneras de descubrir el entorno y relacionarse con él. Pero, a veces, si ves que tu perro lame con insistencia las orejas de otro perro, puede ser que se trate de una infección de oído incipiente.
Ten en cuenta que los perros detectan los olores de una manera mucho más aguda que los humanos, y esto incluye los cambios asociados a una enfermedad. Si tu perro lame con insistencia las orejas de tu otro perro, puede ser que haya descubierto una otitis en tu perro. Otras señales son sacudir la cabeza, rascarse la oreja afectada o, incluso, mostrar dolor al comer.
Lamerse las patas
El lamido de las patas en los perros a menudo se atribuye al aburrimiento, la costumbre, el malestar. Pero, en realidad, un perro normal no debería lamerse las patas más de una o dos veces al día y durante solo unos segundos. Si notas que tu perro se lame las patas con frecuencia y/o durante largos períodos de tiempo, es posible que haya algún otro motivo detrás.
La inflamación de las patas es una consecuencia muy frecuente de procesos alérgicos, especialmente si las patas afectadas son las delanteras. En cambio, si tu perro se lame las patas traseras, podría tener algún problema en las articulaciones. Lo mejor es llevarlo al veterinario para que el problema pueda ser diagnosticado y tratado a tiempo.
Orinar fuera del lugar
Si tu perro o gato nunca ha descuidado su higiene, pero ahora aparecen charcos de orina por todas partes, no te enfades con él, puede haber varios problemas de salud detrás de este cambio de comportamiento.
Es posible que tu animal tenga una infección urinaria, un problema de riñón, algún problema hormonal o incluso que esté volviéndose incontinente, entre otras cosas. Para poder ayudarle cuanto antes, acude a tu equipo de veterinario para un correcto diagnóstico y valorar la gravedad del problema.
Caspa
Si piensas que un poco de caspa no hace daño a nadie, no estás en lo correcto. Un pelaje y piel saludables son el mejor indicador del estado de salud de tu animal y de una alimentación equilibrada. Especialmente en el gato, el aumento de la caspa está muchas veces relacionado con la falta o disminución del acicalamiento, que a su vez está asociado a varios problemas de salud.
En perros, gatos o conejos, existe un parásito llamado Cheyletiella que se conoce como “caspa andante”: ¡parece caspa, pero no lo es! Mucha caspa, especialmente si está asociada a pérdida de peso, picor o falta de actividad, es una señal de alarma que no debe ser ignorada.