La artrosis en el gato

La artrosis u osteoartritis es en los gatos un fenómeno relacionado con la edad, como ocurre con los seres humanos. Esta enfermedad evoluciona gradualmente, por lo que el gato suele ir adaptándose a la situación, pudiendo hacer que resulte difícil detectar que sufre dolores.

La articulación se compone de cápsula, ligamento, cartílago y líquido sinovial, y está envuelta por tendones y músculos. El cartílago es un material complejo que en los ejemplares adultos consta de un 70% de agua. A través del líquido sinovial se provee al cartílago de nutrientes como la glucosa, el oxígeno y los aminoácidos. El cartílago es elástico y ejerce una función amortiguadora.

Las partes móviles de la articulación están contenidas en una cápsula llena de líquido sinovial con efecto lubricante que contribuye a reducir la fricción dentro de la articulación. El volumen de líquido sinovial viene determinado por el movimiento y la presión sobre la articulación. Dicho líquido aporta nutrientes al cartílago y el ligamento.

Causa

La artrosis puede tener un origen primario, es decir, sin motivos subyacentes conocidos, o bien secundario, debido a una enfermedad articular, como displasia de codo y cadera, luxación de rótula u osteocondrosis, o bien un traumatismo, por ejemplo, rotura del ligamento cruzado o fracturas.

La artrosis puede provocar una disminución en la amplitud de movimientos, ya sea por causa de deposiciones o engrosamiento de la cápsula articular o debido al dolor experimentado en los topes de la articulación. En una fase más avanzada puede percibirse una crepitación (chirrido) en el pliegue y estiramiento de la pata.

En la desintegración de la articulación artrítica se puede desgastar el cartílago hasta tal punto que deje expuesto el hueso subyacente, lo que, por lo general, produce dolor. El cuerpo compensa esto generando más hueso alrededor de la articulación con el fin de reducir la movilidad y, con ello, también el dolor al acercar las patas entre sí.

La modificación de la musculatura y la sobrecarga de otras articulaciones puede ser consecuencia del desequilibrio de cargas originado por una articulación enferma. Esto suele desembocar en dolores también en la musculatura, los cuales, en ocasiones, incomodan más al gato que el daño ocasionado por la propia articulación.

Síntomas

Los síntomas de la artrosis pueden variar ostensiblemente. Algunos gatos afectados por artrosis pueden llevar una vida sin problemas durante muchos años.

Los síntomas más habituales son cojera y rigidez en distintos grados, apreciándose ambas cuando el animal se levanta desde posición de reposo. Los gatos a veces no muestran síntomas hasta que les resulta complicado saltar. El animal tenderá a acomodarse en lugares cálidos a menor altura que antes. Además, el nivel de cojera y rigidez puede variar según la estación del año.

En una fase temprana de la artrosis es común que el gato cojee de vez en cuando. Posteriormente, el dolor puede volverse más continuado, incluso en reposo.

Otros posibles síntomas:

  • Dolor en el contacto
  • Cambios en el comportamiento
  • Lametones en las partes del cuerpo afectadas
  • Fatiga
  • Disminución del apetito
  • Mayor inquietud
  • Dificultades en la defecación

¿Cuándo debe visitarse al veterinario?

Si la cojera no remite trascurridos 14 días pese a haber guardado reposo, o si el gato manifiesta algunos de los síntomas antes mencionados sin experimentar mejoría con los consejos sobre artrosis facilitados.

¿Cómo se realiza el diagnóstico?

La artrosis se caracteriza por artralgia (dolor de articulaciones), una limitación en la movilidad articular, entumecimiento de las articulaciones y distintos grados de inflamación y cojera.

Como ya se ha mencionado, la hipersensibilidad muscular es muy habitual en los casos de artrosis. Al descargar el gato la articulación dolorida puede provocar tensión o dolor en un músculo o grupo muscular específicos. En las molestias artríticas de las patas traseras es muy común la presencia de tensión y dolor en la musculatura dorsal derivados de un desequilibrio prolongado en las cargas.

Tras el reconocimiento clínico puede aplicarse un examen radiológico para, en la medida de lo posible, profundizar en la patología y su posible evolución. No es en absoluto inusual que una osteocondrosis (trastorno esquelético del desarrollo) pueda originar la artrosis. Algunas articulaciones están más expuestas que otras. Las articulaciones más frecuentemente afectadas son las del codo, la cadera, las rodillas, los dedos de los pies y el corvejón. Las menos vulnerables son las del codillo y la muñeca.

En el diagnóstico, un tratamiento adecuado junto con una dieta especialmente adaptada para el gato puede ayudar a obtener un óptimo resultado.

Tratamiento médico

Una parte importante del tratamiento de la artrosis consiste en la reducción de la inflamación. Con una medicación acertada se suele lograr la atenuación de las molestias y una mejora en la calidad de vida del animal. Algunos gatos no precisan de antiinflamatorios ni de analgésicos.

¿Qué puedes hacer por tu cuenta?

Ejercicio

Resulta difícil influir sobre el ejercicio de un gato. Normalmente resuelven esto por su cuenta evitando movimientos que producen dolor.

Sobrepeso

Un incremento del estrés mecánico por causa de sobrepeso puede acelerar la destrucción del cartílago articular en los casos de artrosis. Un estudio realizado con perros ha demostrado que el adelgazamiento disminuye el dolor y la necesidad de medicación en los ejemplares afectados de artrosis.

Para los gatos con sobrepeso existen piensos especiales con un menor contenido de grasa y más fibra que promueven una pérdida de peso más rápida y sencilla. El potencial de adelgazamiento aumenta considerablemente si se controla con regularidad el peso del animal con la ayuda de un asesor dietético de un hospital o clínica veterinaria.

Rehabilitación

La rehabilitación suele ofrecer excelentes resultados con la artrosis, a menudo en conjunción con un tratamiento complementario. La rehabilitación tiene como fin impedir el aumento de la rigidez en la cápsula articular y la musculatura debido a la inactividad, así como el restablecimiento de una plena movilidad. La rehabilitación puede solventar también la situación de tensión en la musculatura y restaurar la masa y fuerza musculares, además de lograr un alivio del dolor. En ella se emplean diferentes técnicas.

El masaje es un tratamiento relajante de los tejidos blandos que por lo general mejora la circulación en la musculatura. El masaje puede eliminar tensiones en los músculos y normalmente activa el mecanismo interno de alivio del dolor que posee el organismo. El masaje añade elasticidad a músculos y tendones y puede ejercer un efecto relajante sobre el sistema nervioso autónomo, resultando en una disminución del nivel de estrés y nerviosismo en el gato. Este tipo de terapia suele ser muy apreciado tanto por el animal como por su dueño.

El TENS (electroestimulación percutánea) se emplea en casos de dolor agudo y prolongado, especialmente cuando este tiene su origen en las articulaciones, el esqueleto, los músculos, la piel, los órganos internos o el sistema nervioso.

La acupuntura es un tratamiento que puede aplicarse en caso de dolor en los músculos, articulaciones, tendones, ligamentos y esqueleto, aconsejándose su uso como complemento o alternativa a otros tratamientos médicos, por ejemplo, los fármacos antiinflamatorios. Dado que les desagrada el agua, con los gatos suelen aplicarse métodos alternativos al entrenamiento acuático.

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