La causa más común de las enfermedades del tracto urinario inferior felino es una inflamación de la vejiga y de la uretra que se presenta sin motivo aparente, llamada cistitis idiopática. En general no se trata de una enfermedad grave, pero debe ser tratada rápidamente para evitar otras complicaciones más serias.

Causas de la cistitis idiopática felina

Esta inflamación la puede desencadenar un cálculo o cristales urinarios, aunque es posible que también se manifieste sin una causa demostrable (idiopática).La cistitis idiopática puede presentarse con ocasión de una situación de estrés, por ejemplo, en los traslados o en la llegada de un nuevo gato al hogar o al vecindario.

La infección de las vías urinarias se produce cuando las bacterias de las partes externas del tracto urinario (vagina/pene) se extienden a la vejiga, causando la infección e inflamación de la pared de dicho órgano. Las bacterias pueden difundirse también hasta las vías urinarias a través de la sangre, lo cual, no obstante, ocurre con menor frecuencia.

Síntomas

Los gatos aquejados de infección o inflamación en el tracto urinario miccionan con frecuencia. Orinar resulta doloroso y solo se vierten pequeños chorritos de orina, a veces con contenido de sangre. El animal puede mostrar un estado general deteriorado, fiebre, inapetencia y síntomas de dolor abdominal.

Diagnóstico de la cistitis felina

En caso de sospecharse de una cistitis se practicará un análisis de orina al gato. La muestra de orina debe recogerse del modo más higiénico posible. El arenero del gato debe limpiarse concienzudamente antes de tomar la muestra, sustituyéndose la arena con semillas de maíz o perlas de un kit de análisis específico que puede adquirirse en el veterinario.

Una vez que el gato ha miccionado, se introducirá la orina en un recipiente limpio, que se ha de guardar en el frigorífico. En el hospital veterinario puede realizarse la toma a través de un catéter o con una punción en la vejiga a través del abdomen (esto se lleva a cabo con ayuda de una ecografía). De este modo se evitará cualquier contaminación con bacterias del tracto urinario inferior (pene/vagina) o del entorno.

La muestra de orina se analiza para determinar su densidad y la presencia de glucosa, proteínas, bacterias, células inflamatorias, cristales, etc. En caso de sospechar la presencia de una infección, se efectuará también un cultivo al objeto de conocer el tipo de bacterias que prosperan en la vejiga y la clase de antibióticos a utilizar.

Para descartar cualquier otra patología que pueda propiciar una infección de las vías urinarias se puede practicar una ecografía de la vejiga y los riñones. Esta permitirá apreciar alteraciones en los riñones y en la pared de la vejiga (pólipos, tumores e inflamaciones). Con una exploración ecográfica también puede verificarse que no haya ninguna malformación anatómica en el tracto urinario.

A veces, este reconocimiento se complementa con una radiografía de la cavidad abdominal, lo que hace posible comprobar la eventual presencia de cálculos en riñones, uréteres y vejiga.

Tratamiento de la cistitis en gatos

Los gatos afectados de diabetes, insuficiencia renal o hipertiroidismo son más propensos a desarrollar una infección de las vías urinarias.

La cistitis se trata con analgésicos y antiinflamatorios. Si se sospecha que la inflamación la ha ocasionado el nivel de estrés del animal, es posible que deban introducirse cambios en su entorno a fin de reducir dichos niveles, recurriendo también tal vez a feromonas para gatos (que pueden adquirirse, entre otros lugares, en farmacias y clínicas veterinarias).

En caso de que la causa subyacente de la inflamación o la infección sean unos cálculos, puede requerirse una intervención para extraer estos de la vejiga. Además, algunos tipos de cristales de la orina pueden tratarse a base de piensos especiales.

La infección de las vías urinarias se trata con analgésicos, antiinflamatorios y antibióticos. Es fundamental que el gato beba en abundancia para enjuagar con la orina las células inflamatorias y eventuales bacterias.

A los gatos que tienden a sufrir cistitis puede administrárseles glucosaminas de forma preventiva y también como parte del tratamiento. Hay disponibles suplementos dietéticos especiales para distintos tipos de trastornos de las vías urinarias.

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