¿Cómo puede ayudar la rehabilitación a nuestros pacientes?

La hidroterapia, la magnetoterapia, la terapia láser, la electroterapia o la termoterapia, entre otras, son terapias eficaces para mejorar la calidad de vida de los pacientes con efectos terapéuticos que van más allá de la disminución del dolor.

Todos hemos escuchado comentarios en consulta como: “con la edad se ha vuelto un gruñón”, “ya no quiere jugar porque es viejo”, “tiene caminar de abuelo”, “se nota que es mayor, que ya no tolera que los perros le salten encima”, y tantos otros comentarios similares. Como sociedad hemos asumido que esta es la realidad de las mascotas sénior. Asumimos que llegada una edad pasarán a caminar peor y más lento, a ser más gruñones, a dormir más horas y comer menos.

Es evidente que todos podemos darnos cuenta de que algo no va bien cuando se da un cambio extremo en su comportamiento (agresividad, cojeras, apatía extrema, etc.). Pero existen otros signos de dolor más sutiles tales como perdida de interés en el juego y/o el paseo, lamido y/o mordisqueo de las articulaciones, lentitud en los paseos, se para más a oler o se sienta, etc. Estos y otros muchos cambios pueden ser también indicativos de dolor.

Aunque sabemos que un animal sénior no va a tener la misma actividad que un cachorro, sí podemos darles una mejor calidad de vida reduciendo al máximo el dolor, puesto que a partir de cierta edad es muy común que se empiecen a dar patologías musculoesqueléticas. Y aunque bien es cierto que muchas de ellas pueden requerir de intervenciones quirúrgicas y/o tratamiento medicamentoso, la rehabilitación y fisioterapia también desempeñan un papel muy importante. Pero, ¿únicamente los pacientes séniores se pueden beneficiar de estas terapias? Claro que no. Cualquier paciente, independientemente de su edad, con patologías musculoesqueléticas, neurológicas, pre o posquirúrgicas, traumáticas o degenerativas, etc. puede acudir al servicio de rehabilitación. Y aunque mayormente tratamos perros, no debemos olvidar a los felinos, en los que tanto dichas patologías como el dolor suelen estar infradiagnosticadas.

Dicho esto, ¿cómo puede ayudar la rehabilitación a nuestro paciente? Pues de la siguiente manera:

  • Eliminando el dolor o reduciéndolo al máximo posible.
  • Corrigiendo la descompensación y fortaleciendo la musculatura para evitar futuras lesiones.
  • Retrasando la evolución de los procesos degenerativos.

Para ello contamos con múltiples terapias y a continuación describimos algunas de ellas.

Hidroterapia

La hidroterapia es la utilización del agua como elemento terapéutico, siendo la natación y la cinta subacuática los más habituales. Gracias a las propiedades del agua podemos conseguir múltiples efectos terapéuticos, algunos de ellos son:

  • Reducción de la sensación de dolor.
  • Aumento de la fuerza, resistencia y masa muscular.
  • Reducción de la hipertonicidad y de los espasmos musculares.
  • Prevención de la atrofia.

Magnetoterapia

La magnetoterapia es un tratamiento terapéutico que se basa en la utilización de los campos magnéticos. Estos campos magnéticos logran un efecto bioestimulador en todas las células logrando, entre otros, los siguientes efectos:

  • Disminución del dolor.
  • Disminución de la inflamación.
  • Regeneración de los tejidos (cicatrización, osificación, etc.).

Terapia láser

La terapia láser o fotobiomodulación es el uso de longitudes de onda de luz específicas para crear efectos terapéuticos. En función de los parámetros que apliquemos, conseguiremos los siguientes efectos:

  • Efecto antiinflamatorio y antiedema.
  • Efecto analgésico.
  • Estimulación de la reparación de los tejidos.

Electroterapia

La electroterapia consiste en la aplicación de corriente eléctrica a través de electrodos transcutáneos. Existen varias terapias eléctricas, pero las más utilizadas son:

  • Estimulación eléctrica neuromuscular transcutánea (TENS): tiene propiedades analgésicas, reduce la inflamación disminuyendo así la sensación de dolor agudo o crónico.
  • Estimulación eléctrica muscular (EMS): se utiliza la corriente eléctrica para provocar la contracción del músculo. De esta forma se reeduca y fortalece el sistema muscular.

Termoterapia superficial y profunda

La termoterapia consiste en el tratamiento de una lesión mediante el uso de calor, ayudando a la relajación del músculo, entre otras propiedades. Esta se puede llevar a cabo con un simple saco de semillas (termoterapia superficial) o con técnicas más complejas como ultrasonido, diatermia (termoterapia profunda).

Está indicada en la mayoría de las patologías musculoesqueléticas, especialmente en aquellas en las que se ven afectados ligamentos y tendones o existen contracturas musculares.

También contamos con terapias como por ejemplo la acupuntura, la crioterapia superficial, el masaje terapéutico, la cinesiterapia y ejercicios de fuerza y propioceptivos, entre otros.

Cómo conseguir los mejores resultados

Cada sesión de rehabilitación y fisioterapia se adecúa a cada caso en particular, escogiendo las terapias que mayor beneficio tienen en ese momento para el paciente.

Muy habitualmente, en rehabilitación, los tratamientos suelen ser crónicos, por lo que la relación que se crea tanto con los pacientes como con sus cuidadores suele ser muy “familiar”. Y aquí es donde creo que los ATV desempeñamos un papel muy importante.

Para que haya una evolución favorable de nuestros pacientes, evidentemente debe haber una buena anamnesis, un buen diagnóstico y un buen plan de trabajo, pero esta parte siempre recaerá en nuestros compañeros veterinarios. Una parte fundamental para lograr una buena ejecución del tratamiento es conseguir un perfecto equilibrio, entre lo que, personalmente, considero tres pilares muy importantes, ya que estos se nutren entre sí:

Cuidador

En referencia al cuidador, lo primero que debemos hacer es escuchar. El cuidador es el que mejor conoce a su mascota. Aunque nuestro paciente se sienta muy a gusto en la sala de rehabilitación, su comportamiento muy probablemente no será el mismo que en casa. Por ello es muy importante que exista un buen feedback, ya que nos dará información fundamental. Además, una parte del tratamiento lo realizan los cuidadores en casa, por lo que es importante conseguir que entiendan la importancia de su implicación en la recuperación y posterior mantenimiento de su mascota.

Paciente

Como he explicado anteriormente, es muy importante crear un vínculo con nuestro paciente. Este vínculo nos permitirá:

  • Reconocer los signos de dolor y posibles alteraciones con mayor facilidad.
  • Tratar a nuestro paciente de manera más individualizada.
  • Una mejor manipulación y, por lo tanto, ejecutar con mayor efectividad el tratamiento.

Equipo veterinario

En una gran mayoría de los casos, nuestros pacientes padecen también otro tipo de patologías, principalmente nuestros pacientes séniores. Por ello, es muy importante que mantengamos una buena comunicación tanto dentro del departamento de rehabilitación como con el resto de los compañeros que forman el equipo veterinario.

Debido a ese vínculo que hemos creado con el paciente y su cuidador podemos facilitar a nuestros compañeros veterinarios y ATV información que los guiará en la identificación y evaluación del dolor, les facilitará la manipulación, incluso a veces puede ayudar al diagnóstico y hará más confortable la estancia a nuestro paciente, ya sea en consulta, hospitalización, cirugía, UCI, etc.

También es muy importante que esa comunicación sea recíproca, ya que si el paciente ha estado hospitalizado, ha habido cambios en su tratamiento o diagnóstico, cirugías, etc., aunque en un principio pueda parecer que no afecta a su tratamiento en rehabilitación, esto siempre influye de un modo u otro. Y, por supuesto, también nos pueden dar guías y/o pautas para facilitarnos la identificación y evaluación del dolor, la manipulación, realizar cambios en el plan de trabajo, etc.

Como ATV de rehabilitación, durante estos años he podido comprobar los grandes beneficios que este servicio aporta a nuestros pacientes y a sus cuidadores, dándoles una mejor calidad de vida y viendo cómo en sus últimos años están más activos, más sociables y principalmente más felices. 

Consejos para hacer sentir a los pacientes como en casa

Para poder aplicar todas las terapias de manera eficiente, es muy importante que los pacientes se sientan cómodos, tanto en la sala como con su rehabilitador. Por ello, es primordial crear un ambiente agradable y ganarnos la confianza de cada uno de nuestros pacientes, ya que las sesiones suelen durar un promedio de una hora. Debemos hacerlos sentir como en casa.

Para ello es importante contar con un suelo cómodo y antideslizante, un ambiente relajado y agradable (evitando distracciones o ruidos), colchones o esterillas, y todo aquello que haga más agradable la estancia. También podemos hacer uso de premios, juguetes, etc., para mantener su interés durante las terapias activas. Para los más desconfiados o miedosos también podemos pedir que nos traigan su propia cama, mantas de casa o cualquier cosa que los haga sentir confortables. Durante las terapias pasivas también podemos atenuar la iluminación y utilizar música relajante, ya que de este modo también conseguiremos un mayor efecto en cada terapia.

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