El verano y la exposición al sol
Nos encontramos a las puertas del inicio del verano y, con él, llega el buen tiempo. En esta época nuestra exposición al sol aumenta considerablemente, motivo más que suficiente para tomar las medidas preventivas necesarias para evitar problemas en la piel. Del mismo modo que los humanos nos protegemos del sol, debemos proteger a nuestras mascotas, ya que su piel también es sensible a la radiación, siendo la causa principal de algunos tipos de cáncer como el carcinoma de células escamosas.
Según los registros anuales de incidencia[1], se estima que 450 de cada 100.000 perros tienen algún tipo de cáncer de piel, 120 de cada 100.000 en el caso de los gatos. Se trata de un problema de salud más común de lo que pensamos y que puede afectar tanto a perros como a gatos. Si bien es cierto que algunas razas tienen cierta predisposición genética a desarrollar cáncer de piel, como el Bóxer y el Bulldog, o el Siamés en el caso de los gatos. La piel, como principal barrera del organismo, está expuesta a numerosos agentes externos, entre ellos los productos químicos o la radiación solar, que pueden influir directamente en el desarrollo de algunos tipos de tumores cutáneos.
Las mascotas, en su mayoría, están mejor adaptadas que los seres humanos a las radiaciones solares debido a la protección natural que les brinda su manto de pelo. No obstante, en verano es muy habitual cortar o rapar a nuestra mascota, eliminando parte de esta barrera natural. Además, hay zonas como la nariz, los labios o las ingles que no están cubiertas con este manto, siendo más susceptibles a los rayos solares. Tanto si decidimos cortar el pelo de nuestro amigo de cuatro patas como si no, debemos evitar la exposición directa a los rayos de sol en las horas de máxima incidencia, principalmente en animales de capa blanca. Existen cremas solares formuladas específicamente para animales de compañía en caso de que la mascota vaya a exponerse directamente al sol durante un largo periodo de tiempo.
Tumores cutáneos más frecuentes
Los tumores cutáneos más frecuentes entre los canes son los mastocitomas. Además, hay otros tipos de tumores que también se manifiestan de forma más habitual, como los lipomas e histiocitomas. En el caso de los felinos, los más comunes son el tumor de células basales y el carcinoma de células escamosas.
Diagnóstico y tratamiento del cáncer de piel
¿Cómo puedo saber si mi mascota tiene un tumor en la piel? La medicina preventiva que se lleva a cabo a nivel clínico es de suma importancia, ya que el diagnóstico precoz es el principal factor que influye en la progresión de la enfermedad.
Para evitar el crecimiento del tumor que pueda llevar a complicaciones de salud más graves para nuestros amigos peludos, es fundamental hacer revisiones dermatológicas periódicas y acudir a un especialista ante el primer signo. La mayoría de los tumores se manifiestan como pequeños bultos o nódulos que se palpan al acariciar o manipular al animal, normalmente no dolorosos, pero en ocasiones se pueden presentar como ulceraciones costrosas, en ocasiones de manera generalizada o difusa, incluso con descamación y picor intenso.
Una vez detectado el tumor, lo más recomendable será contar con la valoración de un oncólogo para buscar las opciones de tratamiento más adecuadas. Siempre que sea posible, la cirugía será el abordaje terapéutico de elección. Afortunadamente, la gran mayoría de los tumores cutáneos se solucionan de manera favorable extirpando el tumor a través de una intervención quirúrgica. Para incrementar las posibilidades de éxito en estas intervenciones, cobra especial importancia el diagnóstico temprano y la rapidez en la actuación.
[1] Vail, D. M., Withrow S. J. (s.f): Neoplasias específicas en pequeños animales, pág. 371.