Emergencia cinegética en Galicia y pseudorrabia

Hoy en día se ha avanzado mucho en el control y prevención de enfermedades infecciosas en animales. Elena Diéguez nos habla sobre el estado actual de la pseudorrabia, sus riesgos y prevención.

¿Qué está ocurriendo con las poblaciones de jabalíes en España y cómo puede afectar a los perros de caza y de compañía?

En España y en otros países europeos se ha trabajado mucho para el control y erradicación de enfermedades infecciosas en la ganadería porcina intensiva. Estos programas están dando su fruto y así enfermedades como la pseudorrabia o enfermedad de Aujeszky está prácticamente erradicada. No es así en la ganadería extensiva y jabalíes. En estos últimos, según los datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación la seroprevalencia de pseudorrabia es del 31%, con porcentajes mayores del 50% en Extremadura, Ourense o Huelva.

Si bien muchas otras especies pueden verse afectadas, por razones obvias los perros de caza de jabalí son los más expuestos a esta enfermedad. El número de jabalíes crece y se están acercando cada vez más a las zonas pobladas. En el caso de Galicia, la Xunta ha decretado recientemente el estado de alarma cinegética en más de la mitad de los municipios de la Comunidad Autónoma y ha dado luz verde a la caza indiscriminada del jabalí. Más allá de entrar en la polémica de si esta es la opción científicamente correcta, la matanza de más ejemplares llevará a más contactos entre perros y jabalíes, por lo que cabe esperar que el número de perros afectados por esta enfermedad se incremente respecto a años anteriores.

Aunque el de caza es el más expuesto, el perro de compañía tampoco está libre del peligro. Los paseos incontrolados en los que puedan encontrar carroña de jabalí y las dietas Barf a base de carne de jabalí pueden suponer un gran riesgo de contagio.

¿Cuáles son las vías de entrada del virus más común y los signos clínicos que delatan una posible infección por la enfermedad de Aujeszky?

En la especie porcina, el hospedador natural del virus, el contagio se produce por vía aerógena o por monta y salvo en animales muy debilitados, conviven con la enfermedad de manera asintomática o con síntomas leves.

En el caso de los animales domésticos, el virus puede entrar con la ingesta de carne cruda o la más común, a través del punto de mordedura en los enfrentamientos con el jabalí. Tras el contagio, tiene un periodo de latencia de entre 4 y 7 días hasta que se produce la cascada de signos clínicos: prurito focal, edema facial, vómitos, diarreas, disnea, ptialismo, temblores, vocalización, convulsiones, etc.

El avance de la sintomatología es creciente y muy rápido, y el desenlace es mortal. El signo clínico característico es el prurito neuropático extremo en el punto de entrada del virus. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el prurito no es un signo patognomónico, ya que, según las fuentes bibliográficas consultadas, el porcentaje de casos que lo manifiestan ronda entre un 18 % y un 53%.

Las claves del diagnóstico en vida son la historia clínica (posible ingesta o enfrentamiento a un jabalí en los días anteriores) y la rapidez en la secuencia y empeoramiento de los síntomas (pueden confluir signos digestivos, respiratorios y neurológicos) hasta la muerte del animal.

Con una mortalidad del 100 %, estos son algunos consejos a tener en cuenta para evitar cualquier riesgo

Es difícil evitar el riesgo de contagio en el caso de los perros de caza, aun así el consejo a los cazadores es que traten de minimizar el enfrentamiento directo de los perros con el jabalí y la ingesta de carroña, y por supuesto que no alimenten a los perros con despojos crudos.

Y a los cuidadores de perros de compañía, que mantengan el animal bajo control en los paseos por zonas donde pueda haber jabalíes y que no les alimenten con carne cruda. Estas prácticas de alimentación, según ha sido demostrado por diferentes estudios suponen un riesgo de contagio de enfermedades infecciosas y parasitarias para las mascotas.

La pseudorrabia o enfermedad de Aujeszky, ¿se trata de una enfermedad subdiagnosticada en la especie canina?

Absolutamente. En muchos casos la celeridad con que progresa la enfermedad y la muerte inminente, implican que el cuidador pueda encontrarse el cadáver del animal sin tener un diagnóstico.

Por otro lado, los veterinarios de animales de compañía no están familiarizados con esta enfermedad. En la carrera se estudia la enfermedad de Aujeszky en la especie porcina y no existe el hábito de incluirla en los diferenciales de los signos clínicos que se presentan en la especie canina o felina. El tenerla presente es el primer paso para diagnosticarla, y con una buena anamnesis y un metódico protocolo de descarte llegaremos al diagnóstico clínico y podremos evitarle horas o días de sufrimiento a ese animal.

Los profesionales sanitarios tienen la labor de informar a las autoridades cuando tengan algún caso con sospecha de pseudorrabia. Además, de una importante labor de información y educación a los cuidadores de mascotas de riesgo y también de dar visibilidad a esta enfermedad en el ámbito de la veterinaria de animales de compañía.

Elena Diéguez, Practice Manager y veterinaria dermatóloga en AniCura Abros Hospital Veterinario.

 

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