Intoxicación por ajo en perros: Síntomas
En el caso de que tu perro haya comido ajo en cantidades inadecuadas, pueden aparecer síntomas de intoxicación de manera inmediata o incluso cinco días después de la ingesta.
Los síntomas de la intoxicación por ajo en perros pueden ir apareciendo de manera progresiva y suelen ser:
- Vómitos
- Diarrea
- Orina de color rojizo
- Dificultad respiratoria
- Letargo
- Aumento del ritmo cardíaco
Es sumamente importante acudir al veterinario en caso de apreciar algunos de estos síntomas por intoxicación de ajo en perros.
Diagnóstico
Es importante proporcionar información detallada al veterinario para poder analizar la intoxicación por ajo en perros. Así, normalmente se realizará un examen clínico como un análisis de sangre para observar posibles alteraciones típicas. También pueden presentarse anomalías en el perfil renal y hepático.
Tratamiento
En caso de que nuestro perro ingiera ajo en cantidades abundantes, es recomendable acudir al veterinario para provocar el vómito en las siguientes tres horas como máximo. Es importante que sea un profesional quien controle y realice este procedimiento, nunca realizarlo de forma casera.
Una vez que han aparecido los síntomas en el animal, el tratamiento será sintomático, llevando a cabo algunas técnicas como la fluidoterapia intravenosa, el suministro de oxígeno y, en casos graves, será necesaria una transfusión sanguínea.
Pronóstico
En caso de que el tratamiento sea aplicado a tiempo y el grado de intoxicación no haya sido elevado, hay buenas perspectivas y pronóstico para un restablecimiento completo de la salud del animal. Sin embargo, en caso de que una intoxicación por ajo no se trate, puede llegar a tener consecuencias mucho más graves.
Prevención
El mejor tratamiento es la prevención. Por ello, evita darle al perro comida que contenga ajo, ya sea crudo o cocinado. Además, es recomendable tener cuidado también con otros productos o condimentos que contengan ajo como ingrediente.
Recuerda siempre acudir al veterinario ante la presencia de la mínima anomalía o alteración. Debe ser un profesional quien analice el estado de salud del perro y determine qué tratamiento es el más adecuado en cada caso.