Causas

Algunas causas posibles de la insuficiencia renal crónica son una lesión grave anterior de los riñones y diversas patologías renales específicas de carácter hereditario. Desafortunadamente no siempre se puede determinar el origen.

Síntomas

Los síntomas de lesión renal crónica aparecen al reducirse drásticamente la habilidad de los riñones para filtrar la orina y purificar los residuos de la sangre. Se produce entonces un daño irreversible en el que el tejido renal se remplaza por otro cicatricial y queda así limitado el funcionamiento del riñón. 

La insuficiencia renal crónica es una dolencia progresiva que va afectando poco a poco al perro. El animal se vuelve más débil y cansado, come peor y bebe más de lo normal. El incremento de los niveles de residuos (urea, etc.) en la sangre afectan al estado del perro, pudiendo ocasionarle vómitos y diarrea. La urea puede producir también úlceras estomacales y llagas en la mucosa oral, lo que contribuye a la disminución del apetito. El perro suele adelgazar y puede desarrollar también anemia como consecuencia de la falta de la eritropoyetina renal.

Diagnóstico y tratamiento

El veterinario realiza análisis de sangre para constatar la dolencia renal y calibrar la gravedad de ésta. Se comprueba entonces el modo en que los riñones filtran la urea y demás sustancias de la sangre, ya que la presencia de estas se incrementa en el torrente sanguíneo al producirse una lesión renal. Se suelen llevar a cabo pruebas de orina para verificar si hay infección y en busca de proteínas, lo que indica "fugas" en los riñones. Se comprueba igualmente la densidad de la orina para determinar la capacidad de concentración urinaria de los riñones. Una ecografía renal puede aportar mucha información. En los perros con insuficiencia renal crónica se observa con frecuencia riñones de tamaño irregular, rugosos, más densos y de tamaño inferior.

Actualmente contamos con una prueba precoz de insuficiencia renal crónica que es la determinación del SDMA.

Puede ser necesario recurrir a suero intravenoso si el perro se deshidrata por la incapacidad de los riñones para concentrar la orina. Se monitoriza la presión arterial, ya que una presión excesiva en el riñón puede agravar los daños. A menudo se trata al perro con fármacos antihipertensivos con el fin de disminuir la presión en el riñón.

En la mayoría de los casos se recomienda una dieta específica para insuficiencia renal que ofrece una composición óptima en la protección de los riñones. Dicha dieta contiene una proporción proteica más baja pero equilibrada, así como una menor cantidad de fósforo.

Si se ha producido un aumento del nivel de fosfato en la sangre puede resultar útil un tratamiento dietético que incluya quelantes de fósforo.

Las lesiones renales crónicas son incurables, pero la medicación y la dieta pueden mejorar el funcionamiento de los riñones y retrasar su evolución.

La insuficiencia renal crónica también puede producirse en gatos.

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