Anaplasmosis en los perros

La anaplasmosis granulocítica se transmite a través de la garrapata Ixodes ricinus, que es muy común en gran parte del sur de Suecia y de Noruega, por el litoral de este último país hasta el distrito de Helgeland y en amplias zonas de Dinamarca. Puede afectar tanto a perros como a gatos, aunque en estos últimos es menos frecuente.

Contagio

La anaplasmosis la causa la bacteria Anaplasma phagocytophilum. La transmisión por parte de la garrapata casi siempre se produce después que esta haya succionado sangre entre uno y dos días.

Síntomas

El período de incubación (es decir, el tiempo desde el contagio hasta el brote de la enfermedad) oscila entre los 7 y 14 días aproximadamente. En los casos en que la infección deriva en enfermedad, los síntomas habituales suelen ser inespecíficos, entre otros, fiebre, estupor y pérdida del apetito. También pueden manifestarse signos generalizados de dolor, rigidez, hipersensibilidad, cojera y escasa predisposición al movimiento. Otros síntomas menos comunes son los vómitos, la diarrea y las hemorragias.

¿Qué puedes hacer por tu cuenta?

No existe ninguna vacuna contra la anaplasmosis granulocítica. El tratamiento preventivo se basa en evitar los ataques de garrapatas con ayuda de profilaxis antiparasitaria combinado con un examen diario del pelaje del perro destinado a extraer las garrapatas antes de que estas alcancen a transmitir la enfermedad.

¿Cuándo debe visitarse al veterinario?

Debe acudir al veterinario ese mismo día si el perro sufre un brote de fiebre y una cojera aguda con dolor, o bien si su estado de salud generalizado empeora claramente.

Diagnóstico

En la fase aguda, especialmente con presencia de fiebre, se pueden detectar a veces bacterias dentro de los glóbulos blancos con ayuda de un microscopio o un examen PCR (análisis de sangre). También se pueden comprobar en la sangre anticuerpos específicos contra el anaplasma. Sin embargo, la detección de anticuerpos no basta para efectuar un diagnóstico definitivo de la enfermedad puesto que una titulación de anticuerpos únicamente demuestra que el perro ha sufrido en algún momento una infección. Por consiguiente, ha de sopesarse la titulación de anticuerpos junto con el resto de información clínica, entre otros, la anamnesia, los síntomas, los resultados de exámenes complementarios y el análisis de muestras.

Tratamiento en el veterinario

En casi todos los casos se aplica un suero de soporte por vía intravenosa, un tratamiento antibiótico y analgésicos.

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