Virus de la leucemia felina: qué es y cuáles son sus síntomas

Desde AniCura Estoril Hospital Veterinario nos explican qué es la leucemia felina y qué podemos hacer para prevenirla: ¿Cómo podemos ayudar a nuestro amigo felino a no contagiarse?

¿Qué es el virus de la leucemia felina?

Se trata de un retrovirus presente en todo el mundo. Pertenece a la misma familia (Retroviridae) que otro virus relevante para la salud como es el de inmunodeficiencia felina.

¿Cómo contraen los gatos la leucemia felina?

La mayor concentración de virus se presenta en la saliva de un gato infectado de forma permanente. El virus se disemina por hábitos donde hay intercambio de saliva entre los gatos, como el acicalamiento o compartir el comedero y el bebedero. Otras causas de contagio son las mordeduras o el contacto con orina y heces que contengan el virus; así como la transmisión a través de la leche maternal infectada durante la lactancia.

Síntomas de la leucemia felina

En un gato infectado por FeLV se desarrollan diferentes tipos de enfermedad recurrente y/o crónica. Hay un progresivo deterioro de su estado. Los signos clínicos son muy diversos incluyendo fiebre, letargia, pérdida de apetito y de peso. También son comunes los signos respiratorios, de piel e intestinales. Los gatos pueden sufrir varias enfermedades al mismo tiempo.

En un 25% de los gatos infectados se produce anemia.

En el 15% de los gatos infectados se produce cáncer, siendo el más común el linfoma, el cual provoca tumores sólidos o leucemia.

¿Cuál es la prueba más fiable para diagnosticar la enfermedad?

Existen diversos métodos diagnósticos y habrá que utilizarlos en función de la situación en la que nos encontremos.

En primera instancia, se usan kits diagnósticos o snaps rápidos para detectar unas proteínas virales (p27) presentes en el torrente sanguíneo de los gatos infectados. A menudo los kits diagnostican la infección por el virus de la inmunodeficiencia felina (FIV) simultáneamente, ya que muchos de los signos clínicos de la infección por FIV son similares a los de FeLV.

Para confirmar el test se pueden realizar:

  1. Aislamiento del virus: detectar el virus en plasma sanguíneo
  2. Inmunofluorescencia: este test detecta antígenos virales (proteínas) en leucocitos.
  3. PCR: detecta material genético del virus, pero sólo está disponible en algunos laboratorios especializados.

¿Dispone esta enfermedad de algún tipo de tratamiento y/o cura?

No hay un tratamiento que sea capaz de eliminar la infección por FeLV. El tratamiento debe ir dirigido al mantenimiento de la calidad de vida y el manejo de los efectos de la infección como la inmunosupresión, la anemia o el cáncer.

¿La leucemia felina es contagiosa a otros animales o humanos?

Al ser un virus específico para la especie felina, no existe riesgo de contagio al ser humano u otras especies animales.

¿Se puede prevenir esta enfermedad en los gatos?

Sí. Hay múltiples vacunas disponibles para FeLV. La finalidad de estas es prevenir que los gatos expuestos al virus lleguen a estar infectados de forma permanente.

Desgraciadamente, ninguna vacuna tiene un 100% de protección efectiva contra la infección. La vacunación se recomienda en situaciones donde los gatos tienen un alto riesgo de exposición al virus. Así se incluyen los gatos con libertad de movimiento al exterior (“out door”) y aquellos en contacto con individuos potencialmente infectados.

La falta de una vacuna totalmente efectiva significa que no es admisible juntar conscientemente un gato infectado de FeLV con un gato vacunado no infectado.

Otras cuestiones a tener en cuenta

Es importante no asumir que un gato vacunado está libre de infección, sobre todo en aquellas situaciones donde es importante conocer el estado de FeLV del gato (por ejemplo, al introducir un gato nuevo en un criadero). Es vital que un certificado de vacunación no sustituya a un test de FeLV negativo.

Como el virus es altamente infeccioso y transmitido por un contacto cercano y prolongado, es recomendable que los gatos FeLV positivos permanezcan en el interior de la casa para minimizar el contagio de otros gatos en el área. Esto puede ser difícil en los gatos que no toleran el permanecer en el interior permanentemente. Es importante sopesar cuidadosamente los riesgos (de tu propio gato y de los otros) con las implicaciones del bienestar.

Carlos Falquina Fernández, veterinario generalista en AniCura Estoril Hospital Veterinario

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