El hipertiroidismo como enfermedad endocrina más frecuente en gatos adultos
Según la Asociación Americana de Veterinarios Felinos, el hipertiroidismo es la enfermedad endocrina más frecuente en gatos adultos con una prevalencia estimada del 10%1. A pesar de que el manejo de esta enfermedad suele realizarse mediante fármacos dado que se trata de una patología crónica, la posibilidad de curar dicha patología actualmente existe gracias a las terapias avanzadas que ofrece la medicina nuclear. En este sentido, la terapia con yodo radioactivo puede conseguir la curación del 95% de los gatos que viven con hipertiroidismo1.
El tratamiento de Yodo Radioactivo
El tratamiento con yodo radioactivo es la terapia más segura y eficaz contra el hipertiroidismo felino con la que contamos en la medicina veterinaria especializada hasta la fecha. De hecho, a diferencia de las terapias mediante fármacos orales o dietas especiales, el tratamiento con yodo radiactivo es el tratamiento de carácter curativo con mejores garantías frente a esta afección.
El funcionamiento del tratamiento se basa en la administración subcutánea del yodo radiactivo (I-131) que se concentra en las células foliculares tiroideas hiperactivas incorporándose a la tiroglobulina. El isótopo I-131 emite rayos gamma y partículas beta, cuyos efectos ionizantes son los responsables de la destrucción de las células hiperactivas. El tejido tiroideo atrófico no concentra el yodo y sólo el tejido tiroideo hiperactivo funcional es afectado por el tratamiento. Por lo que el yodo que no se concentra en la glándula tiroides se elimina a través de la orina y heces.
Durante el período de hospitalización, no se puede manipular en exceso al paciente sin estar expuestos a altos niveles de radioactividad. Por este motivo, el estado de salud general del paciente debe ser óptimo para poder ser candidato a este tipo de tratamiento[1]. En este sentido, los gatos deben permanecer hospitalizados en una instalación adaptada de aislamiento de 2 a 7 días después de la inyección dependiendo de los niveles de radiación. Una vez dado de alta el paciente, es importante tener una serie de precauciones especiales durante dos semanas. La mascota no puede dormir con los propietarios y los residuos del arenero hay que guardarlos de forma controlada, cerrada y aislada dentro de la casa las 2 semanas de restricciones para reducir la radioactividad.
La terapia de yodo radioactivo exige un alto grado de especialización, este servicio requiere de una certificación para poder ofrecerlo. En AniCura Ars Veterinaria Hospital Veterinari estamos acreditados por el Consejo de Seguridad Nuclear para la administración de yodo radioactivo y contamos con un equipo de profesionales especializados en el cuidado de este tipo de pacientes durante su hospitalización.
Cuáles son los signos del hipertiroidismo en gatos
El hipertiroidismo felino es una patología muy frecuente que afecta a los gatos de avanzada edad, que está causada por una producción excesiva de hormonas en la glándula tiroides, que se sitúa en el cuello. En la gran mayoría de casos, la causa del hipertiroidismo es la presencia de un crecimiento benigno de la glándula tiroidea, mientras que un pequeño número de casos presentan un tumor tiroideo maligno. Esta afección puede provocar que el felino esté más activo, coma y beba más, pero también que pierda peso y empeore la salud de su pelo. Además, un aumento del apetito, de la ingesta de agua y un incremento de la orina son algunas de las señales de esta patología en los felinos.
Hasta la fecha, la terapia con yodo radioactivo es el tratamiento recomendado para el hipertiroidismo felino por su efectividad y seguridad. Y, aunque esta patología sí tiene cura, sin tratamiento puede llegar a tener graves consecuencias para la calidad de vida y el bienestar de los felinos. Tratar precozmente esta afección es muy importante, por ello, es fundamental acudir al veterinario si se sospecha que el felino está enfermo.
[1] Puig J, Cattin I, Seth M. Concurrent diseases in hyperthyroid cats undergoing assessment prior to radioiodine treatment. J Feline Med Surg. 2015;17(6):537–42.